El otro día, una buena amiga me dijo que ella piensa que no ha hecho nada en esta vida. Yo sin embargo no lo siento así. Pienso que con 23 años he recorrido mundo y que aun me queda mucho, mucho por recorrer, mis pies aún no están cansados de hacerlo y creo que nunca lo estarán. Poco a poco he ido cumpliendo mis sueños por insistencia propia y porque tengo una familia maravillosa que me han apoyado siempre y aunque no se lo diga a menudo, les quiero con locura. Sin ellos a veces estaría perdida. Y por supuesto, otro gran pilar en mi vida, mis amigos los que me han demostrado y me siguen demostrando que siguen ahí a pesar de los miles de kilómetros que nos separan.
Muchas veces me paro a pensar toda la gente que he conocido, la que sigue conmigo a pesar del tiempo y la distancia y la que aún me queda por conocer. La verdad que de todos tengo un recuerdo. Han formado parte de las etapas de mi vida. Durante el corto o largo periodo que han estado junto a mí, por una cosa u otra, he decir que de todas he aprendido algo tanto bueno como malo.
23 años dan para mucho y sobre todo si estas convencida de que puedes lograr las cosas. Lo importante es creerlo. Sinceramente, me da pena, mucha pena dejar los 23. Ha sido un año del que no tengo palabras, del que he aprovechado al máximo cada minuto. He conocido a gente maravillosa y sobre todo he aprendido de la vida.
Gracias a todos los que habéis contribuido para que hoy este escribiendo esto, pues hacéis que mi vida siga siendo maravillosa.
En unas horas cambio el 3 por el 4. Sé que serán especiales, y lo sé porque haré lo que este en mi mano para que lo sea.
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